jueves, 11 de julio de 2013

Y AQUÍ PLANTARÉ MI TOALLA - IV

PASEO Y BAÑO!!

Bah! ¿pa qué tanto?
Pues ya está, ¡consumado! ya estoy rodeada por los cuatro costados de toallas y bártulos ajenos, las conversaciones se mezclan y la verdad, en este momento no dicen nada interesante, así que será la hora de despejar un poco. Me incorporo, pongo la parte de arriba del bikini, las gafas y el sombrero y dando saltitos con mucho cuidadín de no levantar arena ni pisar nada, salgo de mi asedio y me dispongo a dar un #relajante paseo por la orilla y de paso,  igual, hasta alegramos la pestaña y todo, ¿quién sabe? que nunca está de más, aunque cada vez es más difícil ver algo que medianamente llame la atención, será que nos volvemos exigentes con la edad... A ver, alegrar la pestaña es ver a alguien normal, guapo pero sin pasarse, sin grasa, pero que no sea todo artificial y que no vaya soltando esteroides, que pueda caminar con los brazos relajados y no como si fuera Bruce Banner (Hulk, para los no iniciados) y como no se trata de entablar conversación no voy a añadir lo de que sepa articular cuatro o cinco frases seguidas que no traten de deportes o fiestas veraniegas varias, pero se sobreentiende...

El agua "llama"
Qué gusto da pasear con los pies en el agua fría al principio, como caldo después, la orilla parece el paseo de un parque, gente que va en tu dirección y gente que va en la contraria, algunos saludan a todo el mundo con un pequeño movimiento de cabeza, acabarán con dolor de cervicales, gente que pasea en traje de baño y gente que con 35 grados bajo el sol pasea medio vestida, solo por el placer de mojar los pinreles. La verdad es que el paseo solitario por la orilla es un verdadero #placer solo superado por el paseo por la orilla en #lamejorcompañíaposible, pero hoy estoy sola. El caso es que vas paseando, y poco a poco lo que era "mojar los pies" se va convirtiendo en mojar los gemelos, mojar las rodillas y #ayquefriucaestáelagua! que ya me mojó el bikini y ¡hala! ya puestos, voy a dejar en la arena el sombrero con las gafas dentro y me pongo a nadar un poco, con la cabeza fuera del agua para no mojar el pelo y que se me rice... ¡BAAAAAAH! a tomar vientos el pelo, ¡¡de cabeza!!

Ahí seguían...
La sensación de salir del mar, chorreando, y que el sol vaya secando la piel es el momento casi insuperable del día, si no se ve obstaculizado por una ola traicionera que te baja la braga del bikini a las rodillas y eso no ocurre hoy!! Ahí estoy, cual Venus naciendo de la espuma del mar (esto es un pegote muy gordo, pero es que soy muy fantasticona y ya voy sin frenos...jajajajajaaja) pero con un hambre mortal de humana, no de diosa, #juasjuas, así recojo mi sombreo y me dirijo a mi toalla, si es que la encuentro en el tetris gigante en el que se ha convertido la playa, menos mal que la marea está bajando y se va haciendo sitio. Después de deambular un rato con los ojos achinados, que parece que se ve mejor, diviso la sombrilla gigante de mis vecinos ocasionales, vuelvo a pasar a saltitos y me siento más feliz que una perdiz en mi toalla buscando en mi bolsa la botella de agua congelada y el bocata de jamón serrano y queso manchego que me traje de casa... y aquí empieza otra alucinante aventura...


           

2 comentarios:

  1. Que no tengo remedio y le voy a encontrar pegas a todo! Paseo por la orilla petada, con el agua que corta y al cabo de un ratín, ya no tienes pies, pasas directamente a los tobillos.
    Eso no es disfrutar, es sufrir, jajajajaja

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  2. Qué desastre de experiencias tienes tú!! Jajajaja

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